viernes, 19 de marzo de 2021

 

 

 BENDIGO MI PROCESO DE SANACIÓN INTERNA

 


 

 BENDIGO MI PROCESO DE SANACIÓN INTERNA

Bendigo mi proceso de sanación porque mi sanación es el camino que escogió mi alma para hacerme entender las cosas que por mi misma no quería o no sabía atender.

Bendigo mi capacidad de perdonarme a mi misma por no haber tenido la claridad suficiente para saber que si me permitía sentir irá, cólera o enfado hacía ciertas situaciones nada favorables para mi, me estaba dañando a mi misma por sentir lo que sentía, pues me perdono por no haber sabido hacerlo mejor cambiando lo que si podía cambiar en vez de enfocarme en el enfado y la queja, solo puse mi atención en mis limitaciones y no en todas las posibilidades que tenia ante mi.

Bendigo que así tuviera que ser por todo el conocimiento y las experiencias adquiridas, no es que valga la pena, es que así estaba establecido, se ha aceptado y se ha aprendido de ello y se dan las gracias.

Si mi camino hubiera sido otro igualmente lo hubiera bendecido, porque todo es para ser bendecido en esta vida, ahora en mi no cabe otra cosa que bendecir y bendecir, si me ha llevado a esa claridad “bendito sea el camino que escogió mi alma”.

Bendigo todos los tiempos que me doy a mi misma y que aún tendré que darme para entender y aceptar mis caminos como caminos de sanación interna.

Bendigo mi capacidad de perdonar lo que veía fuera sin saber que lo que estaba fuera también estaba dentro de mi dentro de mi como una representación solo para ser mirada hacía dentro y no para perderme en la condición de afuera, así aprendí que todo es perfecto aunque creamos que no, y que cualquier representación de afuera es para ser vista con los ojos del amor y de la compasión hacía mi misma y hacía los demás, vea lo que vea.

Bendigo el amor que nace de mi corazón para poder ver mi proceso de sanación con amor, con esperanza y fe, en que esta ocurrirá en el momento adecuado si está en mi camino que así tenga que ser.

Bendigo mi entereza, mi claridad para poder trabajar en ella con alegría y en perfecta armonía interior.

Bendigo el poder curativo que vive en mi interior y declaro que voy en busca de la salud perfecta al igual que en su momento fui en busca de la experiencia, ahora sé que deseo la sanación de pensamiento, sentimiento y acción.

Así sea, así es, hecho está.

¡Namasté!!!


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