AMOR
COMPASIVO
“Errar
es de humanos, perdonar es Divino” y al
perdonar, somos Divinos como lo es el Padre.
El
verdadero Amor nunca pasa factura, es como el sol
que da su luz y calor a todos sin distinción, sin discriminación,
su nota básica es la alegría.
Así
como canta la naturaleza una canción silente de
amor en todos los amaneceres, así canta tu
corazón
cuando permites que el amor se exprese a
través de ti.
El
perdón conduce a la Libertad, tu Patrimonio Divino,
condición natural de la Conciencia en el Universo.
“A
mayor evolución, mayor Libertad”.
Esta
condición natural se pierde debido al mal manejo
de la energía vital.
Cuando
odias en vez de Amar.
Cuando
peleas en vez de estar en Paz.
Cuando
exiges en vez Dar
La
pasión: necesita.
El
Amor: Da.
El
perdón se convierte en un acto de magia, en donde
se restablece el Orden Divino, el Orden Natural
que permite que el amor se exprese sin barreras
que lo detengan, que permite que la Luz Crística,
que es la luz de tu propio corazón, ilumine el
camino de los hombres, sin distinción.
El
Amor Compasivo mueve a la acción por el bien, con
una fuerza que caracteriza a los seres mas evolucionados,
donde el deseo se ha transmutado en
aspiración, y la igualdad y el amor caracteriza sus
vidas.
El
Amor Compasivo sobreviene cuando la Ley del Perdón
y del Olvido rige tu vida, el Orden Divino se manifiesta
y puedes actuar en Libertad.
El
poder del Amor Compasivo surge como una inmensa
llamarada de Luz Violeta, capaz de consumir
en ti, toda transgresión a las Leyes Divinas
y Humanas.
La
Luz Violeta surge victoriosa dentro de tu corazón
gracias a la fusión inteligente de tu llama Azul
y Rosa.
“La
alquimia mas elevada es la transformación de la
conciencia humana individual en la Divinidad del
Ser Superior”.
Anónimo
“Deseo
abrir mi mente y mi corazón a la magia que
puede hacer eso realizable no solo en mi, sino
posible en el corazón de todos y ver por fin el
Cielo manifestado en la Tierra.
Gracias
Padre porque ya esta tu Amor expresado en
mi amor, gracias".
Amor Incondicional en Acción.
