lunes, 26 de diciembre de 2016

Frases - ¡Feliz Navidad!!!

¡Feliz Navidad!!!




Vivir sin amor, compasión o cualquier otro valor espiritual crea un estado tal de desequilibrio que cada célula de nuestro ser clama por corregirlo. En definitiva, eso es lo que subyace detrás del comienzo de la enfermedad: el cuerpo envía el mensaje de que algo que falla en el presente – un desequilibrio existente en algún lugar – ocasiona síntomas físicos altamente visibles e imposibles de negar.
Deepa Chopra




Cuando el ser humano tiene un cierto grado de presencia, de atención y alerta en sus percepciones, puede sentir la esencia divina de la vida, la conciencia interior o el espíritu de todas las criaturas y de todas las formas de vida, y reconocer que es uno con esa esencia y amarla como a sí mismo.
Eckhart Tolle





La pregunta más importante del mundo, base de todo acto maduro, es: ¿Yo quien soy? Porque, sin conocerte, no puedes conocer a Dios. Conocerte a ti mismo es fundamental.
Anthony de Mello





Busqué mi alma - a mi alma no la pude ver.
Busqué a mi Dios - mi Dios me eludió.
Busqué a mi hermano - y encontré a los tres.
Anónimo




sábado, 17 de diciembre de 2016

"POR ENCIMA DE LOS ÁNGELES" RAMTHA AL DIOS QUE VIVE DENTRO DE TI

POR ENCIMA DE LOS ÁNGELES
Ser parte de la humanidad es una experiencia sagrada, porque ello significa experimentar plenamente a Dios.
CADA UNO DE VOSOTROS ES REALMENTE ALGO ESPLENDIDO. Porque sois volátiles, creativos, únicos, y de hecho divinos. Aunque se os ha enseñado que sois criaturas miserables, lo que realmente importa es cómo se os reconoce en el entendimiento llamado vida. Y es ese entendimiento se os conoce como los amados del Dios el Padre, pues vosotros sois parte eterna de la Mente de Dios. Aún tenéis que daros cuenta de lo preciosos que realmente sois, pero ya lo haréis.
Lo que tú eres para mí, es un amado hermano ~ y no sólo para mí sino para todas las entidades, visibles o invisibles, en todos los universos y en todos los niveles de la vida. Porque todos estamos unidas a través de la gracia, la inteligencia, y mucho más a través del amor que se llama Dios, el maravilloso pensamiento que te sustenta y mantiene durante toda la eternidad, sin reparar en todos tus exorbitantes esfuerzos.
Vosotros sois un tesoro mucho más grande de lo que creéis, porque si quiera sin uno de vosotros, la vida, los universos y las estructuras moleculares nunca habrían existido. Por vosotros y a causa vuestra, la vida se ha convertido en una manifestación exuberante de la inteligencia, del drama, por así decirlo, del continuo devenir de los modelos del pensamiento hasta el brillante colorido de la realidad. Vosotros sois preciosos, verdaderamente, porque al margen de lo que penséis sobre vosotros mismo, os habéis sumado a la espectacular manifestación de todo lo que existe.
Sois espléndidos, pues mirad a la multitud que formáis la humanidad. Aún con la similitud de vuestros semblantes, no hay ninguno de vosotros que sea igual a otro. Sois como las flores de un magnífico jardín, cuyas semillas se polinizan y crean nuevas flores que son incluso más hermosas y exuberantes en sus profundos matices. Cada uno de vosotros es hermoso y al mismo tiempo diferente. Porque cada cual es Dios expresándose a través de la originalidad de sus propios diseños y voluntad creativa.
Todos vosotros fuisteis una vez chispa de pensamiento, emanando luz, que os convertisteis en el devenir de Dios, en la continuidad de la eternidad. Con el propósito de erigir un reino más grande para la exploración, diseñasteis, con gran cuidado y mucha experimentación, cuerpos de materia, o si lo preferís, de pensamiento coagulado. A través de vuestros cuerpos fuisteis capaces de expresaros sobre otro plano de existencia, y así explorar la totalidad de los patrones del pensamiento, o sea, Dios. Así, en vuestras aventuras hacia la creatividad infinita, vosotros, que fuerais una vez sin forma, os habéis transformado en la materia celular llamada humanidad. Gracias a esto, os convertisteis en Dios-hombre: La inteligencia llamada Mente de Dios expresándose a través del organismo viviente llamado hombre.
Como humanidad, sois una inteligencia extraordinaria, no sólo habéis dado a vuestra propia estructura celular el aliento de la vida y los instintos para la supervivencia, sino que, por divinos propósitos habéis integrado vuestra suprema inteligencia con la materia del cuerpo con el fin de refinarlo y hacerlo evolucionar. Mediante vuestro diseño de una ciencia de la evolución, habéis evolucionado desde lo que se llama Neanderthal hasta lo que se llama Humanidad Homo Sapiens. Es así como ha evolucionado la humanidad en este plano ~ tras muchos eones de tiempo y mucha experimentación, mucha evolución y muchos traumas ~ hasta convertirse en las entidades erectas que ahora se sientan frente a mí.
Todos vosotros estáis aquí, en lo que se llama el plano de la demostración, para demostrar el poder de vuestra propia inteligencia creativa sobre este nivel de la vida ~ el cual es un gran nivel. Porque aquí, el pensamiento, vuestro amado Padre, existe en todas las formas de su manifestación ~ desde la luz, hasta la densidad de la materia.
¿Sabéis que la inteligencia se desarrolla en todas partes? Realmente lo hace. Pero aquí, en este lugar vuestro llamado Tierra, es donde la humanidad, el matrimonio entre pensamiento y materia, está en la cumbre de su evolución.
Vosotros, la humanidad, ¿Os creéis inferiores? ¿Creéis que sois menos que los que viven en lo invisible? Estáis en una gran aventura hacia el entendimiento de la totalidad de vuestro eterno proceso del pensamiento. Sin convertiros en Dios en la forma llamada humanidad, nunca podríais llegar a la conclusión de lo que Dios es. Nadie podría, porque el reino de Dios es una expansión ~ desde la luz, al electrum, a la materia, hasta la forma. Así, Dios no es sólo la frecuencia más alta del pensamiento; también es la más densa, y la más baja frecuencia del mismo, llamado materia bruta.
Sólo cuando llegáis a ser la humanidad expresáis lo que el Padre es en todas las formas de pensamiento. Porque al ser Dios-hombre, Dios-mujer, no sólo sois pensamiento, emoción y deseo evolucionando, sino que sois luz, electrum y materia en la forma llamada carne y hueso. Nadie expresa la totalidad del reino de Dios hasta que se convierte en Dios en la forma llamada hombre.
Para entender la totalidad de vuestro proceso de pensamiento ~ para entender la totalidad de quién y qué sois ~ del Dios que sois, debéis ser lo suficientemente flexibles, y quereros lo suficiente, como para embarcaros sobre todos los planos de existencia, incluyendo éste. Una vez que hayáis vivido y os hayáis expresado en el plano de la materia solidificada, tendréis una comprensión de Dios en la forma llamada materia.
Aquéllos que aún deben convertirse en Dios-hombre no tienen la completa experiencia de Dios en la que reflejarse para ganar la sabiduría y la comprensión de la vida. Sólo aquéllos que viajan a este plano, para convertirse en parte de su esplendor ~ y así evolucionar para mover montañas, y crear colores y monumentos de dignidad ~ sólo ellos entienden la complejidad del amor, del gozo, y la creación. Sólo esos viajeros, que sois vosotros son los únicos que han ganado la compresión del ser eterno y el deseo de alcanzarlo ~ porque ellos son quienes crean infinitamente y durante toda la vida. Pues mientras haya un plano de materia, ello permitirá la continuidad de la vida hacia la creatividad infinita. Así, ser hombre o mujer, ser el colectivo de la humanidad, es de hecho un privilegio; un honor. Es verdaderamente, vida divina.
Existen unos seres a los que habéis denominado “ángeles”. Y muchos de vosotros deseáis ser esa criatura divina. Pero hay algo que está oculto en ser un ángel, y es que ellos no poseen balance en su razonamiento, porque aún tienen que vivir como hombres. Ellos son simplemente energía, dioses que algún día se convertirán en Dios-hombre. Pero ellos no sienten pena ni compasión por la humanidad. ¿Cómo podría, alguien que vive en lo invisible, entenderos completamente hasta que no haya sido lo que sois? La humanidad está mucho más avanzada que los ángeles porque ellos no tienen el entendimiento de Dios viviendo en forma limitada llamada hombre; así ellos están limitados en su entendimiento de la humanidad, de sus alegrías y sus penas.
Yo os digo que ser una parte de la humanidad es una experiencia sagrada, porque ello significa experimentar plenamente a Dios. Sólo al convertiros en la humanidad habéis recorrido la jornada hasta los perímetros que abarcan la totalidad del reino de los cielos.
Por ello, vosotros no os habéis degradado al convertiros en la humanidad. Debéis entender ésto. Porque si no sois parte de la humanidad, nunca podréis entrar totalmente en el reino de los cielos. ¿Cómo podéis ascender a los cielos, si nunca habéis descendido a la vida?
Vale la pena, es digno, y es sabio convertirse en hombre para poder entender este fuego que vive dentro de vosotros llamado Dios Todopoderoso. Toda la vida se compone de este fuego; y experimentarlo a través de la suprema inteligencia de la materia bruta ~ la humanidad ~ os permite la completa visión de lo que Dios es. Y cuando hayáis entendido completamente todo lo que Dios es ~ espacio interno y externo, materia, carne y hueso, amor, alegría y tristeza ~ entonces, seréis todo lo que el Padre es.
Ahora, la razón por la cual estáis en este plano, es para continuar la exploración de Dios a través de la densidad del cuerpo en el que estáis viviendo. Aquéllo que sustenta vuestra evolución creativa es la vida, la misma fuerza vital que mantiene al átomo en su esfera y a vuestra tierra en el espacio. Y esta fuerza vital tiene un principio universal: Evolucionar siempre, transformarse y ampliarse. El propósito de vuestra vida siempre ha sido experimentarla y aprender de ella, para así refinar e integrar lo que habéis aprendido al principio llamado vida.
Esto que vosotros estáis viviendo se llama “creación”. Vosotros estáis jugando con pensamiento creativo y expresándolo a través de la materia por el propósito de adquirir sabiduría y entendimiento, para así identificar el gran misterio que sois. Sin embargo, todo lo de este plano es una gran ilusión. Todo el mundo cree que el plano tridimensional es la realidad. Pero no lo es. Todos los juegos de la humanidad son ilusiones, son sueños, porque esta realidad puede borrarse. El mundo real es el que yace dentro de vosotros: el encuentro con la emoción cada momento que sentís. El mundo real existe sólo a partir de la emoción, y esta no es gobernada por la lógica, sino por el amor al movimiento.
Este mundo que vosotros llamáis “realidad” nunca existiría si no tuvierais los ojos para percibirlo a través de la emoción que se mueve dentro de vuestra alma, ya que entonces sería algo inexistente. Todo lo que hay en este paraíso de materia fue creado simplemente para evocar emoción dentro de las almas de aquéllos que participaban en esta maravilla de la creatividad. ¿Para qué? Para ganar el mayor premio de la vida, llamado sabiduría. Y la sabiduría no es un entendimiento intelectual; es, de hecho, un entendimiento emocional, adquirido con la experiencia.
La vida, este gran escenario, es vuestro reino. Es la plataforma sobre la cual creáis vuestras ilusiones. Este maravilloso escenario os permite la oportunidad de soñar, y dar existencia, a cualquier realidad que deseéis. Porque el Dios que todos vosotros sois tiene la libertad ilimitada de soñar cualquier pensamiento, sentir la emoción y convertir ese sueño en realidad ~ y del mismo modo cambiarlo todo en cualquier momento.
La razón de la vida en un plano de densidad es probar a todo aquél que se embarca en él ~ y esto es una experiencia exclusiva para la humanidad ~ que a cada vuelta del pensamiento envuelto en la emoción, le sigue la realidad. Y cuando ese entendimiento es asimilado, cuando ese increíble poder de creatividad es reconocido, acelera un proceso de alineación dentro de vosotros por el cual sabéis que sois Dios. Sin la experiencia humana, nunca podríais saber ésto.
Esta vida es para que la abracéis. Es rica, y está llena del fervor, de la aventura y el desafío. Provee todo a vuestro alrededor, puertas abiertas y oportunidades para que evolucionéis o involucioneis y así lleguéis a transformaros. ¿Transformaros en qué? En la culminación de todas vuestras experiencias, que os confirmarán simplemente, que sois Dios, porque sólo un Dios tiene la habilidad de crear monumentos en materia que testifiquen su propia gloria.
Vosotros debéis ser alabados por ser Dios-hombre y Dios-mujer porque sólo cuando Dios ¡se transforma en hombre puede crearse y evolucionar la vida sobre este plano. Vosotros sois espléndidos, verdaderamente. Sois más poderosos de lo que os creéis, porque con cada emoción, con cada pensamiento, creáis vida. De vosotros depende el dar presencia a la vida, y mantener la vida futura, no de aquéllos que están en lo invisible. Ellos perduran siempre dentro de su propio entendimiento. Pero, ¿quién sostiene este reino material que es la esmeralda de todos los reinos? Vosotros ~ con vuestra manera de pensar y de abrazarlo.
Vosotros sois quienes dais autenticidad a todas las cosas. Sois vosotros los encargados de añadir a la plataforma llamada vida, quienes exaltáis y glorificáis este reino de Dios. Vosotros no sabéis esto, porque siempre habéis pensado que erais un poco menos que los ángeles. ¡En absoluto! Vosotros aún no lo sabéis, pero lo sabréis. Porque pronto vida, arco iris, colores y luces servirán para recordaros lo que realmente sois. Se llamará la Era de la iluminación. Y en este tiempo, ¿en qué se habrá convertido la vida aquí? Será entendida como una experiencia necesaria para que cada uno se desdoble en la realización de que él es, de hecho, una parte de la Mente de Dios. Una vez que sepáis ésto, ¿qué aventuras os esperan? Entonces tendréis toda la eternidad par jugar con ella, tendréis toda la infinitud del pensamiento par reevaluar y recrear los elementos ~ la materia, el tiempo, el espacio, la distancia … vosotros.
Vosotros sois verdaderamente maravillosos, porque iniciasteis una larga jornada hacia esta esfera para convertiros en lo que ahora sois. Y esa jornada ha tenido el propósito de conocer a Dios en su totalidad ~ desde el pensamiento, hasta la luz, la división del electrum y la materia sólida de este plano. Todos vosotros hicisteis la jornada, y eso no solamente es algo espléndido, sino también atrevido, porque existe un riesgo en ella. Existe una gran probabilidad, a través de la transfiguración del gran yo inmortal hasta el plano material, de perder la identidad de uno, y quedarse atrapado totalmente en la supervivencia. Y ¡He aquí! Éso es lo que le ha sucedido a la mayoría de la humanidad.
¿Sabéis por qué os habéis aventurado a escuchar a este gran enigma que soy? Porque sabéis que lo que os acabo de decir es verdad, y estáis buscando el camino que os conduzca de nuevo al primer conocimiento divino que puso todo esto en marcha. Dentro, muy dentro de vosotros sabéis que sois algo más que materia colectiva, que sois algo más que carne y hueso; sabéis que sois realmente divinos ~ y lo sois. Estáis aquí para daros cuenta de ésto, para abrazar el principio divino que sois, y encontrar que dentro de vosotros existe el principio de la luz, el aliento del pensamiento que os dio la vida en el principio.
Mis queridos maestros, vosotros le disteis la vida al viento. Vosotros le disteis al sol la razón para estar donde está. Vosotros le disteis permiso a las nubes de tormenta par armar su fuerza y alimentar y aplacar la sed de la Tierra. No sabéis esto porque siempre os habéis considerado menos que el amor por la vida que Dios realmente es. Yo os adoro, porque he sido como vosotros. He vivido vuestras ilusiones, y he realizado vuestros sueños. Y a donde yo fui también iréis vosotros cuando llegue la hora. Pero nunca debéis llegar ahí sin antes haber abrazado esta vida y a Dios a través de vosotros mismos.


Yo os saludo desde lo más profundo de mi ser. Todos vosotros sois verdaderamente grandes. Vosotros sois, de hecho, amados, sois necesitados y sois apreciados. Vosotros sois la razón del siempre jamás. Sois, de hecho, la razón misma de la vida.
RAMTHA 
AL DIOS QUE VIVE DENTRO DE TI

domingo, 11 de diciembre de 2016

"SOLO POR AMOR " CUENTOS PARA PENSAR - JORGE BUCAY


SOLO POR AMOR 
Camino por mi camino. 
Mi camino es una ruta con un solo carril, el mío. 
A mi izquierda un muro eterno, separa mi camino del camino de alguien que transita a mi lado, del otro lado del muro. 
De vez en cuando en este muro hay un agujero, una ventana, una hendidura... y puedo mirar hacia el camino de mi vecino o vecina. Un día mientras camino, creo ver, del otro lado del muro, una figura que pasa a mi ritmo, en mi misma dirección. 
Miro esa figura: es una mujer, es hermosa. 
Ella también me ve. 
Me mira. 
La vuelvo a mirar. 
Le sonrío... y me sonríe. 
Un momento después ella sigue andando su camino y yo apuro la marcha porque espero ansiosamente la próxima oportunidad de cruzarme con esa mujer. 
En la próxima ventana me detengo un minuto. 
Cuando ella llega, nos miramos a través de la ventana. 
Parece tan encantada conmigo como yo con ella. 
Le digo por señas lo mucho que ella me agrada. 
Me contesta por señas. No sé si significan lo mismo que las mías, pero intuyo que ella entiende lo que quiero decirle. 
Siento que me quedaría un largo rato mirándola y dejándome mirar, pero sé que mi camino continúa... 
Me digo que más adelante en el camino, habrá seguramente una puerta y quizás pueda yo cruzar a encontrarme con ella. 
Nada da más certeza que el deseo, así que me apuro por encontrar la puerta que imagino. 
Empiezo a correr con la vista clavada en el muro. 
Un poco más adelante la puerta aparece. 
Allí está del otro lado, mi ahora deseada y amada compañera, esperando, esperándome. 
Le hago un gesto, ella me devuelve un beso en el aire. 
Me hace una seña como llamándome. 
Es todo lo que necesito. 
Emprendo contra la puerta para reunirme con ella, de su lado del muro. 
La puerta es muy estrecha, paso una mano, paso el hombro, hundo un poco la panza, me retuerzo un poquito sobre mí mismo, casi consigo pasar mi cabeza pero mi oreja derecha se queda trabada. Empujo. 
No hay caso, no pasa. 
Y no puedo usar mi mano para torcerla, porque no podría poner ni un dedo allí... 
No hay espacio para pasar con mi oreja, así que, tomo una decisión... 
(Porque mi amada está allí, y me espera...). 
(Porque es la mujer que siempre soñé y me llama...) 
... Saco una navaja de mi bolsillo y de un sólo tajo rápido, me animo a darme un corte en la oreja para que mi cabeza pase por la puerta. 
Y tengo éxito, mi cabeza consigue pasar... 1 
Pero después de mi cabeza, veo que es mi hombro el que queda trabado. 
La puerta, no tiene la forma de mi cuerpo. Hago fuerza, pero no hay remedio, mi mano y mi cuerpo han pasado, pero mi otro hombro y mi otro brazo no pasan... 
Ya nada me importa, así que... 
Retrocedo, y sin pensar en las consecuencias, tomo envión y fuerzo mi paso por la puerta. 
Al hacerlo, el golpe desarticula mi hombro y el brazo queda colgando como sin vida, pero ahora, afortunadamente, en una posición tal que no puedo atravezar la puerta... 
Ya casi... casi, estoy del otro lado. 
Justo cuando estoy a punto de terminar de pasar por la hendidura, me doy cuenta de que mi pie derecho se ha quedado enganchado del otro lado. 
Por mucho que fuerzo y me esfuerzo, no puedo pasarlo. No hay caso, la puerta es demasiado angosta para que mi cuerpo entero pase por ella. 
Demasiado angosta, no pasan mis dos pies... 
No lo dudo. Estoy ya casi al alcance de mi amada. 
No puedo echarme atrás... Así que, agarro el hacha, y apretando los dientes, doy el golpe y desprendo la pierna. 
Ensangrentado, a los saltos, apoyado en el hacha y con el brazo desarticulado, con una oreja y una pierna menos, me encuentro con mi amada. 
Le digo: 
- Aquí estoy. Por fin he pasado. Me miraste, te miré, me enamoré. He pagado todos los costos por ti... Todo vale en la guerra y el amor. No importan los sacrificios... valían la pena si eran para encontrarse contigo... para poder seguir juntos... juntos para siempre... 
Ella me mira, se le escapa una mueca y me dice: 
- Así no, así no quiero... A mí me gustabas cuando estabas entero.
CUENTOS PARA PENSAR
JORGE BUCAY

domingo, 4 de diciembre de 2016

"3ªREVELACIÓN: Una cuestión de energía" LAS NUEVE REVELACIONES JAMES REDFIELD


3ªREVELACIÓN: Una cuestión de energía
La tercera revelación describe un nuevo concepto del mundo físico. Los seres humanos aprenderán a lo que anteriormente era un tipo de energía invisible.
Tras la caída de la concepción medieval del mundo, los occidentales se dieron cuenta de pronto de que vivían en un universo totalmente desconocido. Al intentar comprender la naturaleza de este universo supieron que de un modo u otro había que separar los hechos de la superstición. A este respecto los científicos asumieron una actitud particular conocida como escepticismo científico, que exige básicamente el soporte de una evidencia sólida para cada nuevo aserto sobre cómo funciona el mundo.
Antes de creer en lo que fuere, querían tener la evidencia de que podía ser visto y tocado con las manos. Toda idea que no pudiera demostrarse con medios físicos era sistemáticamente rechazada.
Esta actitud rindió excelentes servicios con los fenómenos más obvios de la naturaleza, con objetos tales como rocas, cuerpos y árboles, objetos que cualquiera puede percibir, no importa lo escéptico que sea. Rápidamente ampliaron su campo de trabajo y pusieron nombre a cada porción del mundo físico, intentando siempre descubrir por qué el universo operaba siempre como lo hacía. Finalmente establecieron que todo cuando ocurre en la naturaleza lo hace de acuerdo con alguna ley natural, que cada acontecimiento tiene una causa física directa y comprensible. Decidieron, al igual que los demás, dominar el sitio donde se encontraban (del mismo modo que otras personas de su época). La idea fue crear una comprensión del universo que hiciese que el mundo pareciera seguro y manejable, y la actitud escéptica los mantendría centrados sobre problemas concretos que harían su existencia aparentemente más tranquila y llevadera.
Con esa actitud, la ciencia erradicó del mundo todo cuanto era problemático y esotérico. Concluyeron –fieles a los pensamientos de Isaac Newton- que el universo operaba siempre de una manera predecible, como una enorme máquina, porque durante mucho tiempo esto fue lo único que de él pudo demostrarse. Las cosas que ocurrían simultáneamente a otros acontecimientos, pero que no tenían con estas relación casual, se consideró que eran debidas exclusivamente al azar.
Más tarde se produjeron dos investigaciones que volvieron a abrir sus ojos a los misterios del universo. En las últimas décadas se ha descrito copiosamente a propósito de la revolución en las ciencias físicas, pero en realidad los cambios provienen de dos grandes hallazgos: los de la mecánica cuántica y los de Albert Einstein.
La labor que llenó toda la vida de Einstein fue mostrarnos que lo que percibimos como materia dura es en su mayor parte un espacio vacío por cuyo interior circula una forma de energía. Esto nos incluye a nosotros. Y lo que la física cuántica ha venido a demostrar es que cuando miramos estas formas de energía a niveles cada vez más pequeños, vemos resultados asombrosos. Los experimentos revelan que cuando se separan diminutas porciones de esta energía, las que llaman partículas elementales, y se trata de observar como operan, el acto de la observación por sí mismo altera los resultados; es como si sobre aquellas partículas influyera lo que espera o piensa el experimentador. Es cierto incluso si las partículas deben aparecer en lugares a los que no es posible que lleguen, dadas las leyes del universo tal y como la conocemos: dos
lugares distintos en el mismo momento, adelante o atrás en el tiempo.
La tercera revelación concluye que el ingrediente básico del universo va pareciéndose más cada día a una energía pura que es maleable a la intención y las expectativas humanas de una manera que desafía el viejo modelo mecanicista del mismo universo, como si nuestras propias expectativas, nuestra esperanza, provocasen
que nuestra energía fluyese hacia el mundo y afectase a otros sistemas de energía.
La percepción humana de esta energía se inicia por una acusada sensibilidad por la belleza. La concepción de la belleza constituirá una especie de barómetro que indica a cada uno de nosotros lo cerca que está de percibir esta energía. Las cosas que cada uno percibe como bellas pueden ser diferentes unas de otras, pero las verdaderas características que atribuimos a los objetos bellos son similares… mayor presencia, mayor nitidez de forma, exhibe más viveza de color, algo que destaca, algo que brilla, algo casi iridiscente comparado con la opacidad de otros objetos menos atractivos, ahí está la clave para percibir la energía, buscando y percibiendo la belleza del entorno.
LAS NUEVE REVELACIONES
JAMES REDFIELD



LAS NUEVE REVELACIONES (Español)







domingo, 27 de noviembre de 2016

"EL SENTIMIENTO DEL ALMA" CONVERSACIONES CON DIOS - NEALE DONAL WALSCH


EL SENTIMIENTO DEL ALMA  
Si quieres saber hasta qué punto algo es cierto para ti; presta atención a lo que sientes al respecto. 
A veces los sentimientos son difíciles de descubrir, y con frecuencia aún más difíciles de reconocer. Sin embargo, en tus más profundos sentimientos se oculta tu más alta verdad. 
El truco está en llegar a dichos sentimientos. Te mostraré cómo. De nuevo. Si tú quieres. 
Le dije a Dios que sí quería, pero que en ese momento deseaba aún más una respuesta completa y detallada a mi primera pregunta. He aquí lo que Dios me dijo: 
También me comunico con el pensamiento. El pensamiento y los sentimientos no son lo mismo, aunque pueden darse al mismo tiempo. Al comunicarme con el pensamiento, a menudo utilizo imágenes. Por ello, los pensamientos resultan más efectivos como herramientas de comunicación que las simples palabras. 
Además de los sentimientos y pensamientos, utilizo también el vehículo de la experiencia que es un magnífico medio de comunicación. 
Y finalmente, cuando fallan los sentimientos, los pensamientos y la experiencia, utilizo las palabras En realidad, las palabras resultan el medio de comunicación menos eficaz. Están más sujetas a interpretaciones equivocadas, y muy a menudo a malentendidos. 
¿Y eso por qué? Pues debido a lo que son las palabras. Éstas son simplemente expresiones: ruidos que expresan sentimientos, pensamientos y experiencia. Son símbolos. Signos. Insignias. No son la Verdad. No son el objeto real. 
Las palabras le pueden ayudar a uno a entender algo. La experiencia le permite conocerlo. Sin embargo, hay algunas cosas que uno no puede experimentar. Por eso os he dado otras herramientas de conocimiento: son los llamados sentimientos; y también los pensamientos. 
La suprema ironía del asunto es que vosotros hayáis dado tanta importancia a la Palabra de Dios, y tan poca a la experiencia. 
En efecto, dais tan poco valor a la experiencia que, cuando vuestra experiencia de Dios difiere de lo que habéis oído sobre Dios, automáticamente desecháis la experiencia y os quedáis con las palabras, cuando debería ser precisamente lo contrario. 
Vuestra experiencia y vuestros sentimientos sobre algo representan lo que efectiva e intuitivamente sabéis acerca de ello. Las palabras únicamente pueden aspirar a simbolizar lo que sabéis, y a menudo pueden confundir lo que sabéis. 
Así pues, esas son las herramientas con las que Yo me comunico, aunque no sistemáticamente, pues ni todos los sentimientos, ni todos los pensamientos, ni toda la experiencia, ni todas las palabras proceden de Mí. 
Muchas palabras han sido pronunciadas por otros en Mi nombre. Muchos pensamientos y muchos sentimientos han sido promovidos por causas que no son resultado directo de Mi creación. Y muchas experiencias se derivan también de dichas causas. 
La cuestión consiste en discernir. La dificultad estriba en saber la diferencia entre los mensajes de Dios y los que proceden de otras fuentes. Esta distinción resulta sencilla con la aplicación de una regla básica: 
Vuestro Pensamiento más Elevado, vuestra Palabra más Clara, vuestro Sentimiento más Grandioso, son siempre Míos. Todo lo demás procede de otra fuente. 
Con ello se facilita la labor de diferenciación, ya que no debería resultar difícil, ni siquiera para el principiante, identificar lo más Elevado, lo más Claro y lo más Grandioso. 
No obstante, te daré algunas directrices: 
El Pensamiento más Elevado es siempre aquel que encierra alegría. 
Las Palabras más Claras son aquellas que encierran verdad. 
El Sentimiento más Grandioso es el llamado amor. 
Alegría, verdad, amor
Los tres son intercambiables, y cada uno lleva siempre a los otros. No importa en qué orden se encuentren. 
Una vez determinado, utilizando estas directrices, qué mensajes son Míos y cuáles proceden de otra fuente, lo único que falta es saber si Mis mensajes serán tenidos en cuenta. 
La mayoría de Mis mensajes no lo son. Algunos, porque parecen demasiado buenos para ser verdad. Otros, porque parece demasiado difícil seguirlos. Muchos, debido simplemente a que se entienden mal. La mayoría, porque no se reciben. 
Mi mensajero más potente es la experiencia, e incluso a ésta la ignoráis; especialmente a ésta la ignoráis. 
Vuestro mundo no se hallaría en el estado en que se encuentra si simplemente hubierais escuchado a vuestra experiencia. El resultado de que no escuchéis a vuestra experiencia es que seguís reviviéndola, una y otra vez, puesto que mi propósito no puede verse frustrado, ni mi voluntad ignorada. Tenéis que recibir el mensaje, Antes o después. 
Sin embargo, no os forzaré. Nunca os coaccionaré; ya que os he dado el libre albedrío -la facultad de hacer lo que queráis-, y nunca jamás os lo quitaré. 
Así pues, seguiré enviándoos los mismos mensajes una y otra vez, a lo largo de milenios y a cualquier rincón del universo en el que habitéis. Seguiré enviando infinitamente Mis mensajes, hasta que los hayáis recibido y los hayáis escuchado con atención, haciéndolos vuestros. 
Mis mensajes pueden venir bajo un centenar de formas, en miles de momentos, durante un millón de años. No podéis pasarlos por alto si realmente escucháis. No podéis ignorarlos una vez los hayáis oído verdaderamente. De este modo nuestra comunicación empezará en serio, ya que en el pasado únicamente Me habéis hablado, Me habéis rezado, habéis intercedido ante Mi, Me habéis suplicado. Pero ahora puedo responderos siquiera sea como lo estoy haciendo en este momento.
CONVERSACIONES CON DIOS
NEALE DONAL WALSCH

domingo, 20 de noviembre de 2016

VIAJE HACÍA EL BIENESTAR DESCUBRE TU PROPIA SABIDURÍA INTERIOR DEEPAK CHOPRA


IX
83
Estar vivo es como una ola que se eleva vibrante desde lo invisible a lo visible, desde una región que los sentidos no pueden registrar a otra que registran. Cuanto más te acerques a la fuente invisible, mayor será tu capacidad curativa.
84
Basta con alcanzar las profundidades donde la transformación se hace sin esfuerzo y es más poderosa. Nuestros servidores nos atienden, pero esperan en nuestro interior.
85
Una modificación de la conciencia es el primer cambio.
86
Si logras penetrar la mascara de la enfermedad y entrar en contacto con tu yo interior, aunque sea unos minutos por día, avanzarás a zancadas hacia la curación.
87
Cuando experimentamos el silencio puro de la mente, el cuerpo también se silencia. Y en este campo de silencio la curación es mucho mas eficiente.
88
Puedes usar la perspectiva cuántica para ver tu cuerpo como si fuera un fluir silencioso de inteligencia, una constante ebullición de impulsos que crean, controlan, y se transforman en tu cuerpo físico. El secreto de la vida a este nivel es que cualquier cosa que haya en tu cuerpo puede modificarse con la mera intención.
89
La intención es la socia activa de la atención, la forma en que convertimos nuestros procesos automáticos en procesos conscientes.
90
Cuando comenzamos a producir salud, el mundo profano que erigieron nuestras mentes se transforma en una realidad más elevada, el mundo del corazón.
91
Las llamadas emociones tiernas surgen de la fuente de la vida; por lo tanto, son increíblemente poderosas.
92
Ninguna curación es posible sin comprensión. Es esta la que intrínsecamente motiva al cuerpo y hace surgir el deseo de sentirse bien. 
93
En cualquier nivel al que se permita llegar las emociones, se restaura el curso de la vida. Nada hay más poderoso, ya que es este curso de vida el que nos ha sustentado siempre, a salvo de peligros, durante miles de millones de años de evolución. A toda velocidad, el río de la vida barre todo lo que encuentra en su camino y los obstáculos más pesados son empujados hacia el cauce principal, cual aguas estancadas que la corriente limpia. 
94
En  la medicina de cuerpo y mente, cualquier explicación encuentra sus raíces en una etapa mas temprana, en el momento en el que el sistema inmunológico se vio debilitado por una influencia mental negativa.
95
Para curarse no es necesaria la lucha. No existe enemigo en tu interior. La recuperación solo se asienta a nivel del Ser.
96
Si el sistema nervioso se purificara de tensiones, solo expresaría el Ser, que es siempre puntal de la vida, ya que su naturaleza es la dicha.
97
El ser es profundo, diáfano, permanente, por siempre igual a sí mismo
98
Experimentar la dicha a toda hora del día sería señal de total esclarecimiento, pero incluso un breve encuentro resulta significativo: permite que en verdad sientas oleadas de conciencia que emanan del campo de silencio, salvan la brecha y se vierten en cada una de nuestras células. Todo esto es el despertar mismo del cuerpo.
99
A medida que creces en el Ser, la inocencia florece por sí sola. Un día encontrarás en tu propio corazón el amor que acepta todo.
100
Cuando la vida es plena, solo es amor; cuando la conciencia es total, solo produce amor. Cada impulso de inteligencia de nuestra conciencia comienza su viaje desde la fuente de vida como amor y nada más que amor. 
101
La tarea del amor consiste en curar. Cuando fluye sin esfuerzo desde las profundidades del ser, el amor produce salud.
VIAJE HACÍA EL BIENESTAR
DESCUBRE TU PROPIA SABIDURÍA INTERIOR
DEEPAK CHOPRA

domingo, 13 de noviembre de 2016

Texto tomado de: EL YOGA DE JESUS De Paramahansa Yogananda


La conciencia de una hormiga se limita a las sensaciones que experimenta en su pequeño cuerpo. La conciencia de un elefante abarca por completo su imponente figura: si diez personas tocaran diez partes diferentes del cuerpo voluminoso animal, éste percibiría simultáneamente las sensaciones provenientes de cada uno de esos puntos. La Conciencia Crística se extiende hasta los confines de todas las regiones vibratorias. 
La totalidad de la creación vibratoria es una exteriorización del Espíritu. El Espíritu Omnipresente se halla escondido en la materia vibratoria, del mismo modo que el aceite está oculto dentro de la aceituna. Al prensar el fruto, aparecen en la superficie minúsculas gotas de aceite; de igual manera, el Espíritu, manifestado individualmente en cada alma, emerge de la materia en forma gradual mediante el proceso de evolución. El Espíritu se expresa en los minerales y las piedras preciosas como belleza y fuerza química y magnética; en las plantas, como belleza y vitalidad; en los animales, como belleza, vida, poder, movimiento y conciencia; en el hombre, como entendimiento y poder en expansión; y en el superhombre, el Espíritu retorna a la Omnipresencia. 
En cada fase evolutiva, por consiguiente, el espíritu se expresa en mayor medida. El animal se ha liberado de la inercia de los minerales y de la fijeza de las plantas, para experimentar, por medio del movimiento y de la conciencia de los sentidos, una porción aún mayor de la creación de Dios. El hombre, gracias a su capacidad de autoconciencia, puede además comprender los pensamientos de sus semejantes y proyectar la mente sensorial – al menos mediante el poder de la imaginación – hacia el espacio tachonado de estrellas.
El superhombre expande su energía vital y su conciencia desde el cuerpo hasta abarcar el espacio entero, y siente como parte de su propio ser la presencia de todos los universos del vasto cosmos, así como también cada minúsculo átomo de la tierra. En el superhombre se recupera la omnipresencia perdida del Espíritu, que se hallaba implícita en el alma como Espíritu individualizado. 
La conciencia de Jesús traspasó los límites de su cuerpo hasta abarcar toda la creación finita que se encuentre en la región vibratoria de lo manifestado: la esfera del tiempo y espacio que incluye los universos planetarios, las estrellas, la Vía Láctea y la familia de nuestro pequeño sistema solar, del cual forma parte la Tierra, donde el cuerpo de Jesús era tan sólo una partícula. Jesús el hombre – un diminuto punto sobre la Tierra – se convirtió en Jesús el Cristo, cuya conciencia, unida a la Conciencia era omnipresente.
Texto tomado de:
EL YOGA DE JESUS 
De Paramahansa Yogananda

sábado, 5 de noviembre de 2016

"EL ACTO MAESTRO" DESPERTANDO A TU CREADOR CONSCIENTE DAVID ENRIQUEZ



NO SOY YO QUIEN OBRA,
SINO EL PADRE QUE HABITA EN MI”
 EL ACTO MAESTRO
El acto maestro es trabajar de la mano de la Divinidad, es dejar que Dios se exprese en ti a través de expresar tu pasión y disfrute en lo que haces y al mismo tiempo ofrecerle tu experiencia y disfrute al TODO. El acto maestro es dejar expresar tu alegría, tu entusiasmo y tu grandeza en cada momento, en su nombre, dejando de darle importancia al resultado y centrarte en la experiencia de que él disfruta y se enriquece de esta experiencia. El resultado entonces será una expresión del grado que dejaste que Dios se expresará a través de ti, es decir cuánta de su grandeza y de su poder dejaste
que se expresará a través de ti.
“DIOS EN TI NO PUEDE SER PEQUEÑO”
Yo soy muy limitado para atreverme a decir: “Yo Soy Dios” pero Dios si puede ser yo. Así que cuando afirmo: “Yo Soy Dios” lo que realmente estoy diciendo es que soy una entidad donde se puede expresar Dios con todo su poder y gloria. Una vez que nos sintonizamos con Dios, nuestra intención ya no es cambiar al mundo, sino sintonizar con él.
Si vivimos separados de la Divinidad, caminamos con dificultades por la vida víctimas de las circunstancias.
Cuando invitamos a Dios a participar y disfrutar de nuestra vida nos elevamos sobre la circunstancia y situaciones de la vida y comenzamos a atraer una vida de bienestar y realización.
“MIENTRAS QUE LA COMPETENCIA ES EL
PRINCIPIO DE LA VIDA
LA CREATIVIDAD ES EL PRINCIPIO DE DIOS”
Nuestro verdadero destino es trascender nuestro ego e identificarnos nuevamente con Dios. La mayoría de la gente va por la vida como sonámbula respondiendo a lo que ocurre a su alrededor como un autómata. La gran mayoría nunca se han abierto a que la imaginación y fuerza de Dios trabaje en ellos. El envejecimiento que sufrimos día a día solo es el reflejo de la identificación de nuestra ALMA con el cuerpo y no con nuestra FUENTE/SER. Cuando dejas que tu ALMA se una con el Creador entonces renaces cada día, mientras más vivimos cerca del Eterno nos llenamos más de vida. Sólo el ego envejece con el paso del tiempo, sólo el ego es el que muere.
“DIOS EN TI NO PUEDER SER MENOS, SOLO PUEDE
SER GRANDEZA”
Somos el vehículo mediante el cual el pensamiento de Dios se puede manifestar aquí en la tierra. El quiere que seamos abundantes para que se pueda expresar mejor.
Si lo ves desde tu enfoque humano, te ves chiquito ante el universo pero si el UNIVERSO o DIOS están dentro de ti, cómo se ve tu poder, tu capacidad, tu dignidad, etc.
Así que conéctate a la FUENTE/DIOS, deja que entre en ti, se uno con ella y luego declara: “Soy capaz”, “Soy abundante”, “Soy seguro”, “Soy inteligente”, etc. Estás cualidades cuando las expresas desde Dios son ilimitadas.
“ES DIOS EL QUE TRABAJA EN TI
PARA DESEAR Y PARA HACER
El deseo que tienes de CREAR y MANIFESTAR,+ es el deseo que tienes que Dios se exprese a través de ti, es la chispa divina dentro de ti buscando expandirse y expresar más vida abundante. Tu trabajo consiste en dejar que el deseo de Dios se exprese a través de ti y pueda manifestarse, es reconocer que tú y el Padre son uno mismo y que tus deseos complacen al Padre y que el PADRE actúa a través de ti, que no tiene destinado nada especifico para ti, no te pide nada, excepto lo que tu desees para él y que lo que pidas está bien para él. Una forma es ofreciendo cada acto y deseo que tienes, haciéndolo uno con él, que tu deseo y su deseo sean uno mismo, esto se logra visualizando que tu deseo es su deseo y que tu disfrute es su disfrute. Es invitarlo a participar en cada acto de tu vida La función del TENER no es poseer o acumular, su función es ganar experiencia. Así que deja que llegue la abundancia del UNIVERSO hacia ti pero no para poseer las cosas, sino sólo para tener las experiencias que quieres y que la Divinidad pueda vivir y expresarse a través de ti.
DESPERTANDO A TU CREADOR CONSCIENTE
DAVID ENRIQUEZ


sábado, 29 de octubre de 2016

"EL ESPÍRITU" BUSCADORES - EMILIO CARRILLO


EL ESPÍRITU
Cuando logramos vernos a nosotros mismos como espí- ritu, cesa nuestra identificación con este cuerpo y con esta mente. Al mismo tiempo, se diluyen y extinguen los conceptos de nacimiento y muerte. Seremos una célula en el cuerpo del Universo; y este cuerpo cósmico será tan íntimo para nosotros como ahora lo es nuestro propio cuerpo físico. Se comprende entonces que el nacimiento es meramente la idea de que «tengo este cuerpo»; y la muerte no es más que la de «ya no tengo este cuerpo». Al no estar ya sometidos a  la ilusión del nacimiento, cualquier cuerpo que asumamos lo veremos como una pauta de energía; y cualquier mente, como una pauta de información. Estas pautas cambian siempre: vienen y se van. Pero nosotros mismos estaremos más allá del cambio. 
El espíritu nace del silencio puro. Cuando se cita al espíritu, se apunta hacia un mundo invisible. De él salen volando hacia nosotros flechas de luz que encienden nuestra alma, pero nosotros no podemos responder lanzando flechas de pensamiento. Una rosa sería misteriosa si sólo pudiéramos pensar en ella, sin experimentarla nunca. El espíritu es una experiencia directa, pero transciende este mundo. Es silencio puro y rebosante de potencial infinito. Cuando adquirimos conocimiento de cualquier otra cosa, adquirimos conocimiento de algo; cuando adquirimos conocimiento del espíritu, nos convertimos en el conocimiento mismo. Todos los interrogantes cesan porque nos encontramos en el centro mismo de la realidad, donde todo, sencillamente, es. 
El dialogo interior de la mente debe concluir y no volver a empezar jamás, porque lo que dio origen al diálogo interno, la fragmentación del yo, ya no está presente. Nuestro cuerpo será yo unificado y, al igual que el bebé que fue nuestro principio, no sentiremos ninguna duda, vergüenza ni culpa. La necesidad de dualidad del ego dio por resultado un mundo de bien y mal, correcto y equivocado, luz y sombra. Ahora veremos que estos antónimos se funden. Tal es la perspectiva de Dios, porque en todas las direcciones hacia las que mira sólo se ve a Sí Mismo. 
El espíritu es un grado de consciencia que podemos denominar <>. Y nos impulsa sucesivamente hacia tres etapas o estadios de conciencia: 

1º Estadio de «conciencia cósmica», en la que «experimentamos milagros»: Todo acontecimiento material tendrá una causa espiritual; todo suceso local tendrá lugar también  en el escenario del Universo. Nuestro menor deseo hará que las fuerzas cósmicas causen su realización. Por maravilloso que parezca, no es un estado tan avanzado, pues mucho antes de que alcancemos este estadio de conciencia estaremos acostumbrados a que nuestros deseos se realicen espontá- neamente. 

2º Estadio de «conciencia divina», en la que «obramos milagros»: Es el estado de la creatividad pura, en el cual nos fundimos con el poder de Dios, por medio del cual Dios crea mundos y todo lo que acontece en ellos. Este poder no procede de nada que Dios haga; sencillamente, es su luz de la consciencia. Como un resplandor vivo, veremos la consciencia divina brillando a través de todo lo que nuestros ojos contemplen. El mundo pasa a estar iluminado desde dentro y no cabe ninguna duda de que la materia es simplemente espíritu hecho manifiesto. En la divina consciencia nos veremos a nosotros mismos como creador, en vez de lo que ha sido creado -como el que da la vida, en lugar del que la recibe-. 

3º Estadio de «conciencia de la Unidad», en el que «nos convertimos en el milagro»: Desaparece cualquier distinción entre el creador y lo que es creado; Creador y Creación se unifican de manera indisoluble, sin que el uno pueda ser sin el otro. El Espíritu que hay en nosotros se funde por completo con el Espíritu que hay en todo lo demás. Nuestro retorno a la inocencia lo abarca todo, porque, al igual que el bebé que toca la cuna sólo se siente a sí mismo, veremos toda acción como espíritu entrando en espíritu. Viviremos inmersos en un conocimiento y confianza completos. Y, aunque parecerá que todavía residimos en un cuerpo, será sólo un grano de Ser en las costas del infinito océano del Ser que somos nosotros mismos: Creador&Creación; Creación&Creador.
BUSCADORES
EMILIO CARRILLO

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.


sábado, 22 de octubre de 2016

"EL DADOR" "EL VIDENTE" BUSCADORES EMILIO CARRILLO


EL DADOR
El dar libera al ego de muchas clases de miedo: del temor al aislamiento, al que forzosamente conduce el egoísmo total; del pánico a la pérdida, que nace porque no podemos tenerlo todo para siempre; del espanto ante los enemigos, los que pretenden quitarle cosas. Pero hay aún algo más hondo, pues la acción de dar relaciona a dos personas, una que da y otra que recibe. Esta relación hace que surja un nuevo sentido de pertenencia: la pertenencia activa de alguien que ha aprendido a crear felicidad. Y es que el dar es creativo. La persona se desprende libremente de algo, pero no tiene sensación de pérdida. En vez de ello, el ego siente  placer; un placer distinto, más agudo y cálido, que el placer de tomar derivado del impulso del triunfador. Se trata, sin duda, de un descubrimiento trascendental. 
El nacimiento del dador indica que el ego, aunque siga dominando al ser interior, ha empezado a mirar fuera de sí. No es que el ego esté comenzando a morir, sino que amplía su campo de visión. La muerte no existe y nada tiene que perecer con el fin de alcanzar la meta de nuestra búsqueda. En el manido y erróneo concepto de la muerte del ego subyace la idea de que hay cosas en nosotros que Dios condena. Pero esto de ningún modo es así: el plan divino consiste en que nos busquemos a nosotros mismos en completo libre albedrío; y posibilita y permite todas las experiencias, incluso que deseemos explorar como ser egoístas, ignorantes, groseros, ladrones, asesinos o carecer totalmente de fe. Y no somos juzgados, pues ninguna de nuestras acciones es buena o mala a los ojos divinos: el pecador y el santo son sólo máscaras que nos ponemos; y el pecador de hoy puede que esté aprendiendo a ser santo en la próxima vida física. Como se desarrollará en el Capítulo 8, dedicado al Bien y al Mal, todos estos papeles son ilusiones en la óptica divinal. 
Ahora bien, la aparición del dador no significa que el ego sienta amor, ya que esto es un imposible. El ego puede sentir intensamente placer, satisfacción propia o apego y, a veces, a estos sentimientos les llamamos amor. Pero éste es de naturaleza abnegada y se requiere un acto de abnegación para que surja el auténtico amor, el amor al prójimo. Como se expondrá en los últimos epígrafes del presente texto, el amor es universal y no toma partido. Al ego no le gusta en absoluto este hecho y piensa que él sí es merecedor del amor de Dios, pero no el otro o los otros. Obviamente, ésta no es la perspectiva divina. Desde ella el pecado se contempla como ilusión; nada de lo que equivocadamente consideremos pecado puede causar la más mínima mancha en el amor de Dios.

EL BUSCADOR
Publicado el 15 de Octubre 2016





EL VIDENTE 
Obviamente, buscar, por sí sólo, sin más, no conduce a la realización. Y en el caso de que se buscara sin encontrar, la experiencia sería insulsa y frustrante nuestro proceso de aprendizaje. Pero no hay que preocuparse, pues, como también señala el Evangelio de San Lucas, «quien busca, halla» (11,10). En el plan divino todos los interrogantes llevan consigo la correspondiente respuesta, de modo que cuando llega ese momento sublime en el que nos preguntamos íntimamente dónde está Dios, se encuentra la contestación. Es más, siendo la motivación del buscador poder ver, esto se produce pronto a través del nacimiento del vidente. 
La llegada del vidente significa el fin del ego y de toda identificación externa. Retomando la reflexión planteada en páginas anteriores acerca de que nuestra vida es una pelí- cula en la que nosotros mismos somos guionista, director, cámara y protagonista, imaginemos ahora que somos también el espectador que, sentado en la butaca de un cine, la está viendo proyectada sobre la pantalla blanca. Mientras estamos dominados por el ego, nos concentramos en las imágenes que se mueven sobre la pantalla y las consideramos reales. En el momento en el que el buscador hace su aparición, empezamos a percatarnos de la irrealidad de tales imágenes. Y será con el nacimiento del vidente cuando nos giremos sobre la butaca, volvamos la cara hacia el foco de luz del proyector y veamos la imagen propia tal cual es: una proyección insustancial a la que hace real la desesperada necesidad del ego de conceder importancia a una mente y a un cuerpo limitados por el tiempo y el espacio. El vidente percibe y contempla lo que hay detrás de esta motivación del ego y, simplemente, deja de aceptarla. 
Una cosa es pensar que somos espíritus con un cuerpo —espíritus teniendo una experiencia humana— y otra que somos humanos viviendo una experiencia espiritual. Existe un abismo entre ambas visiones. Si me veo como un cuerpo con espíritu, me rijo por el ego, concibo mi cuerpo como mi verdadera identidad y me sujeto a las leyes de la individualidad, de la separación y del desamor. En cambio, si siento que soy un espíritu que posee un maravilloso vehículo planetario (cuerpo) al que tiene que cuidar y mimar, puedo verme como un ser inmenso que todo lo abarca; que es uno con Dios y, por tanto, con la fuente de energía absoluta en la que se cargan las pilas permanentemente. Y dejo de sentir dolor, depresión, pobreza, enfermedad, porque todo esto no existe en el mundo del Espíritu.  
Los videntes se dan cuenta de que constituye una falacia el vernos a nosotros mismos como una envoltura de carne y hueso (cuerpo) que aloja una realidad subyacente (espíritu) de naturaleza divina —un fantasma dentro de una máquina—. Y hacen suya la primera de las dos perspectivas anteriores: somos espíritu con un cuerpo o, lo que es lo mismo, espíritu teniendo una experiencia humana. Pero comprendiendo, a la par, que todo es divino, tanto el ocupante (ser interior) como el vehículo planetario (cuerpo físico con todos sus componentes) en el que se aloja durante las distintas vidas físicas que conforman su encarnación en la Tierra. El cuerpo es espíritu que ha tomado una forma que los sentidos pueden palpar, ver y oler; la mente es espíritu bajo una forma que puede oírse y entenderse. El espíritu mismo, en su forma pura, no es ninguna de estas cosas y sólo puede percibirlo la inspiración perfeccionada. 
El mundo empezará a desaparecer como cosa sólida y a retroceder hacia el interior de la abrumadora luz del Ser. Dará la sensación de un nuevo nacimiento. El vidente se diferencia del buscador en que ya no tiene que escoger con cuidado. El buscador continúa envuelto en una ilusión cuando va por ahí preguntándose dónde está Dios y dónde no está. El vidente, en cambio, ve a Dios en la vida misma. Así de sencillo. Esto hace que la larga guerra interior haya terminado por fin y el guerrero encuentra descanso. En vez de lucha, experimentamos la realización natural, espontá- nea y sin esfuerzo de todos nuestros anhelos. 
En este punto, cuando el ojo se posa en algo, este algo se acepta tal como es, sin juzgarlo. Comprendemos que no tenemos carencia alguna que llenar, ningún problema o deseo; actuamos, por supuesto, movidos por la compasión y el amor al prójimo, pero sin apegos. Y ante nosotros aparece, por fin, la gran verdad luminosa de nuestra existencia como seres humanos: el hecho de estar en esta vida y en nuestro cuerpo es el más alto objetivo espiritual que podemos alcan- 88 zar. Conscientes de nuestro Ser, enamorados con la Divina Unidad en la que somos y viviendo el presente como lo único que existe, no haremos otra cosa que emanar amor incondicional, energía pura, a nuestro alrededor: haremos el Cielo en la Tierra. El conocimiento debe dejar paso a la acción y ser convertido en sabiduría: de la teoría a la experiencia; del conocer al saber amar al prójimo. 
No hay señales externas que identifiquen a los videntes que hay en este mundo. Mas por dentro se sienten abiertos y felices; permiten que los demás sean quienes son, lo cual es la forma más profunda de amor; no ponen ningún obstá- culo en el camino de las demás personas y de los acontecimientos; y han renunciado a todo sentido pequeño de «yo», que ya no domina ni sus mentes ni sus vidas, dirigidas de manera cada vez más consciente por el verdadero Yo. 
Y el vidente, profundizando en su luminosa experiencia, comprobará que lo que parece ser gozo y realización total aún puede ampliarse más. Porque llegar a la presencia de Dios no es el fin de la búsqueda, sino el principio. Empezamos en la inocencia y del mismo modo terminamos, más esta vez la inocencia es diferente, porque hemos adquirido consciencia, conocimiento completo y absoluto, mientras que un bebé sólo tiene sentimiento.
BUSCADORES
EMILIO CARRILLO







GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS.