"La
figura del guía o maestro está representada en el mago Merlín, que
es el arquetipo del anciano sabio. El que es maestro, sabe ser.
Tenemos que saber diferenciar los guías auténticos de los falsos.
En
cierta medida, la figura arquetípica del viejo sabio podría estar
representada por el psicólogo, el terapeuta, el chamán, o cualquier
persona que profundice sobre sí misma y los demás, siempre que haya
adquirido suficientes conocimientos y sabiduría, y recorra un camino
de perfección para alcanzar la capacidad real de ayudar a los demás.
El
guía ha conseguido dominar aquellos aspectos de su carácter que
distorsionaban el Yo verdadero, alcanzando completamente la paz. Ha
aniquilado por completo su yo experimentador y lo ha transmutado en
clara luz luminosa dándole un comportamiento correcto.
Es
un hombre que come y duerme como los demás. No es una persona que
haya que adorar, ni tampoco es una figura poderosa y autoritaria.
Deja plena libertad al buscador para que actúe por sí mismo bajo su
responsabilidad.
No
es esclavo de sí mismo ni de los demás y no le importan las
críticas ni los elogios. Pone en práctica el conocimiento que tiene
de sí mismo y sus actos van dando fe de él.
El
mago Merlín simboliza el maestro que ha vencido el apego por este
mundo, conoce el arte del despertar de la conciencia y, en su papel
de sabio, actúa como mediador entre el héroe convaleciente y el
reino de la naturaleza.
Necesitamos de un guía
para conocer el mundo en sus múltiples dimensiones, ya que la única
intención del maestro es hacer que el buscador desarrolle sus
propias capacidades. Reconocemos al guía cuando aparece en nuestra
vida. El impacto del encuentro se produce en lo intuitivo, más que
en lo racional.
El
maestro nos hace de modelo-espejo, ayudándonos a comprender nuestro
carácter. Nos acompaña en cada paso por el laberinto de la
conciencia. Es una lámpara que alumbra el presente despejando las
sombras de los conflictos. El guía es, en sí mismo, un recuerdo de
la Fuente. Pero además, el encuentro periódico con él permite
estar en contacto con nosotros mismos. Es también un sendero, porque
su manera de estar en el mundo es un ejemplo útil para el buscador.
No es un espejo común pues tiene un alto nivel de nitidez y
definición. Esto significa que el buscador se ve a sí mismo cuando
está frente al maestro, percatándose de todo lo que es, tanto de
sus rasgos negativos como de los positivos. El maestro ha recorrido
el camino y es capaz de guiar a los demás. Es un punte entre el
corazón del buscador y la Fuente y reconoce muy bien los infiernos,
porque él mismo ha bajado hasta el fondo de su propia locura y ha
permanecido allí el tiempo suficiente para curarse. Y es
precisamente esta experiencia la que le permite ayudar a los demás,
conducirles, protegerles y facilitarles la bajada a los infiernos y
la ascensión a los cielos, una vez que se hayan desprendido de todo
el material combustible de los conflictos.
El
espíritu de transmisión del guía al buscador va mucho más allá
de las enseñanzas, los consejos y las prácticas. Ese espíritu
contiene la esencia del conocimiento. Esa transmisión se produce a
veces con tan sólo sentarse cerca del guía, va de corazón a
corazón y está más allá de la doctrina y de la simple erudición.
Posteriormente, el
buscador tiene que poner en acción las enseñanzas que el guía le
ha transmitido. Ésta es la clave para obtener éxito en el camino.
De ese modo el buscador logrará un nivel espiritual mayor en su vida
cotidiana.
Las
Enseñanzas del Caballero de la Armadura Oxidada
Carlos
Velasco
“En
reconocimiento a todos mis maestros, a todos esos seres que tanto
amo, que tanto les debo, que me ayudaron a cimentar mi vida en una
base mucho más auténtica y real de la que por mí misma hubiera
podido, en un mundo que no es real pero que se asemeja precisamente
para que experimentemos en nuestra propia esfera de luz todo aquello
que nos devolverá el recuerdo del Amor que somos.
Mi
reconocimiento más profundo a todos ellos sin olvidarme de ninguno por pequeños o grandes que puedan parecer, todos han sido y son importantes en mi vida, esos seres tan
especiales que permanecerán
para siempre anclados en mi corazón, pero también a todos aquellos
seres que mi corazón sabe alejados u olvidados del recuerdo de que somos todos
uno y lo mismo, a todos aquellos que estuvieron y que están cada día
en mi vida, que me recuerdan todo aquello que sí debo seguir
transformando en mi mente para percibir una realidad más acorde a la
realidad del Padre, gracias también o muy especialmente a todos
ellos sin los cuales no podría obrarse ese maravilloso milagro.”
Mi
más profunda gratitud a todos.
Amor
incondicional en Acción
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