La
meditación
LA
AUSENCIA DE PENSAMIENTO ES MEDITACIÓN
LA
AUSENCIA
de
pensamiento es meditación. Cuando no se piensa es
cuando llegamos a conocer a quien está oculto por nuestros
pensamientos.
Cuando no hay nubes aparece el cielo azul, y también
hay un cielo dentro de ti. Aparta las nubes de los pensamientos
para verlo, para conocerlo. Se puede hacer. Cuando la mente está
en calma y no tiene pensamientos, en ese silencio, en esa profunda
irreflexión, en la ausencia completa de pensamientos se ve la
verdad.
¿Qué
se puede hacer para conseguirlo? Hay que hacer una cosa muy sencilla,
pero te resultará muy difícil porque te has vuelto muy complejo.
Lo que es posible para un recién nacido a ti te resulta imposible.
El niño se limita a mirar, sin pensar. Solamente ve. Y simplemente
ver es maravilloso. En eso consiste el secreto, la llave que puede
abrir la puerta de la verdad.
Yo
os estoy viendo. Simplemente os estoy viendo. ¿Lo comprendéis?
Solo os estoy viendo, sin pensar. Y entonces desciende sobre mí
una calma insólita, un silencio palpable, y se ve todo y se oye todo
pero nada perturba la calma en el interior. Dentro no hay ninguna
reacción, no hay pensamientos. Solo existe darshan,
«ver».
La
conciencia correcta es el método de la meditación.
Tienes
que ver, solo ver lo que está dentro y lo que está fuera. Fuera hay
objetos; dentro, pensamientos. Tienes que mirarlos sin ningún
objetivo concreto. No existe ningún objetivo; solo ver. Eres un
testigo, un testigo imparcial, y simplemente ves.
Esa
atención, esa vigilancia, poco a poco te lleva a la paz, al vacío,
a la ausencia de pensamiento.
Inténtalo
y lo conocerás.
A
medida que se disuelven los pensamientos se despierta y cobra vida
la conciencia. Párate un día tranquilamente, en cualquier sitio, en
cualquier momento. Mira, escucha y sé testigo del mundo y de ti
mismo. No pienses. Limítate a ser testigo y ver qué ocurre. Deja
que
crezca la actitud de ser testigo, deja que invada toda tu actividad
física y mental. Deja que esté siempre contigo.
Si
eres testigo, tu ego desaparecerá y verás, comprenderás lo que
realmente
eres. El «yo» morirá y se alcanzará el ser.
En
esta sadhana
(disciplina)
de ser testigo, en esta observación del
propio estado mental, se produce fácilmente una transformación,
un cambio, entre lo que se presencia y el que es testigo. Mientras
observas tus pensamientos vislumbras al que está observando. Y
un día, el que observa aparece en toda su gloria y majestad y tocan
a su fin tu miseria y tu desdicha.
No
es un método que se pueda practicar solo de vez en cuando para
conseguir la liberación. Hay que practicarlo continuamente, día
y noche.
Poco
a poco empieza a acompañarte continuamente, despierto y
dormido. Incluso empieza a estar presente durante el sueño. Y cuando
eso ocurre, cuando empieza a estar presente incluso mientras
duermes, puedes tener la certeza de que ha profundizado en tu
interior,
de que ha extendido sus raíces a lo largo y lo ancho.
Hoy estás
dormido incluso cuando estás despierto. Mañana estarás despierto
incluso cuando duermas.
Este
estado disuelve los pensamientos despertándonos del sueño
y de los sueños. Las olas se disuelven en una mente libre de
pensamientos
y sueños. La mente se queda en calma, sin olas, sin temblores,
al igual que el mar está en calma cuando no hay olas, al igual
que la llama de una vela no titila cuando no sopla brisa en la casa.
Es en tal estado cuando se conoce a Dios, el que es el ser, el que
soy yo, la verdad. Y entonces se abren las puertas del palacio de
Dios.
Estas
puertas, esta entrada, no se encuentra en las palabras... se
encuentra en el ser.
Por
eso digo que no hay que indagar en otro sitio,
sino en ti mismo. No vayas a ninguna otra parte. Adéntrate en ti
mismo.
EL
LIBRO DEL EGO OSHO
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