EL
AMOR
Nota
previa
El
amor es lo que más nos purifica. Pero, ¿qué amor? El amor del
Espíritu. Nos purifica de lo que rechazamos y de aquello con lo que
estamos disgustados. Cuando entramos en consonancia con el movimiento
del Espíritu, nos movemos asintiendo a todo en la misma medida. De
esa manera nos purificamos de nuestros prejuicios y de cualquier
juicio de valor o diferenciación que nos lleva a asentir a unos más
que a otros, que nos lleva a amar más una cosa que otra. ¿Hacia
dónde nos lleva ese amor? Hacia la benevolencia con todos tal como
son. Hacia pensamientos benévolos y actos benevolentes. Nos lleva al
asentimiento hacia ellos, tal como son.
¿Puede
haber algo más puro que esa benevolencia? ¿Hay algo que nos una al
movimiento de ese espíritu que pueda ser más puro? ¿Hay algo que
nos pueda acercar más a él que ese amor?
Logramos
esa purificación paso a paso. Las reflexiones en este capítulo nos
llevan a ese camino.
YO
SOY COMO TÚ
¿Por
qué eres diferente? Porque tienes padres diferentes a los míos,
porque vienes de otra familia, porque quizás tengas otras creencias
y esperes algo diferente y porque tu familia y tú tenéis un pasado
y un futuro diferente. Quizás también estéis expuestos a otras
amenazas de las que debáis defenderos y protegeros.
De
la misma forma que tú eres diferente para mí, yo también soy
diferente para ti. Y aún así nos parecemos. Porque percibo algo
similar en mí, puedo empatizar con lo que ocurre en ti. Camino con
tu movimiento. Te entiendo, aún sin ser como tú. Me entiendes aún
sin ser yo. Siento que soy como tú, y tú sientes que eres como yo.
En
la medida en que permanezco en mi espacio de vida y tú en el tuyo,
nos es fácil esa comprensión mutua. No hace falta que nos
encontremos, ni vivir ni actuar juntos. Pero cuando entro a tu
espacio de vida, incluso cuando soy invitado, abandono el mío por un
tiempo. Entonces tu espacio se convierte también en el mío. ¿Cómo
debo comportarme para que percibas que te respeto a ti y que respeto
tu espacio de vida, para que percibas que sé que “Yo también soy
como tú”?
Siento
como tú. Pienso como tú. Venero lo que tú veneras. Tomo lo que tú
me ofreces. Me enriquezco a través de lo que es importante y valioso
para ti. ¿Pierdo así algo de mí? Al contrario. Soy más de lo que
era.
Mística Cotidiana
Bert
Hellinger
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