La oración de los indios
¡Oh gran Padre, gran Espíritu!,
cuya respiración da la vida al mundo.
¡Escúchame!
Padre mío, soy pequeño y débil
Tengo necesidad de Tú sabiduría
y la fuerza de Tú amor paternal.
Pemíteme vivir en la belleza del Universo,
ver el mundo con tus ojos puros.
Permite que mis manos honren toda tu creación
y mis oídos oigan Tú voz.
Enséñame la sabiduría
que comunicas generosamente a Tú gente
y que se halla difundida en todo,
en cada pétalo y piedra.
Tengo necesidad en la ayuda,
no para hacerme más fuerte que mi hermano
sino para vencer al único enemigo
que es mi yo viejo.
Y entonces, Padre,
haz que yo pueda llegar a Ti
con las manos puras,
con buena conciencia
y con la mirada franca.
Y cuando la vida se termine
como la puesta de sol,
mi alma regresará a Ti sin verguenza.
-La oración de los Indios-
¡Namasté!!!
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