LA RANITA SORDA
La palabra tiene poder de vida y de muerte. Una voz de aliento a alguien que se siente desanimado puede ayudarle a terminar el día, mientras que una palabra negativa puede acabar por destruirlo.
Cualquiera puede decir palabras que roben a los demás el espíritu que les permite seguir la lucha en tiempos difíciles.
Tengamos cuidado con los que decimos, pero sobre todo con lo que escuchamos.
¡Namasté!!!
¡Namasté!!!
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