Dedicado a todos los guerreros de la luz que son conscientes de que lo son, a esos que sus armas más poderosas son las que salen de su corazón; el Amor, la Compasión, la generosidad, la aceptación, la entrega, la gratitud, la constancia y tantísimas más, para ellos mi recuerdo y mi gratitud, hoy.
El guerrero lo mira todo a su alrededor como si fuera un espectador, no intenta añadir ni quitar nada; solo entregarse sin oponer resistencia al movimiento de la vida.
Poco a poco, todo lo que parecia complicado pasa a ser sencillo.
Y el guerrero se alegra.
Un guerrero de la luz nunca tiene prisa.
El tiempo trabaja en su favor, el aprende a dominar la impaciencia y evita gestos impensados.
Caminando despacio, nota la firmeza de sus pasos. Sabe que participa de un momento decisivo en la historía de la humanidad, y necesita cambiarse a si mismo antes de transformar al mundo. Por eso recuerdo las palabras de Lanza del Vasto:
"Una revolución necesita tiempo para instalarse"
Un guerrero nunca coge el fruto cuando aún está verde.
Paulo Coelho
Manual del Guerrero de la Luz.
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