Existe una dimensión del Ser donde todo es posible, donde los milagros se suceden unos tras otros, lo bueno, lo ideal es dar con ese espacio interno.
Sí, es interno, como todo lo es, lo de afuera solo es un espejo que nos refleja precisamente ese estado interno.
Cuesta mucho verlo, cuesta que tu misma seas la que reclamas tener esas experiencias pero si quieres hacerte responsable de tu vida no tienes más remedio que no dejar de verlo.
Seamos conscientes de que así funcionan las cosas para poder hacernos conscientes de nuestra obra.
Y dar con ese espacio interno, donde los milagros si existen.
Estemos atentos a qué siento yo con todo lo que veo reflejado en el exterior porque eso, ese sentir nos da una lectura exacta de como está mi interior o lo que yo estoy haciendo de ese espacio.
Si estás en paz con lo que estás viendo y el sentimiento que emana de ti te produce paz muy bien, pero si te enervas por algo, si no encuentras paz en ello, en lo que ves y sientes, algo no anda del todo en armonía interna.
Hagámonos cargo de ese sentir, de nuestra responsabilidad ahí, nadie nos hace nada, nadie puede hacerlo si nosotros no damos nuestro consentimiento por lo tanto está ahí como una bendición para que lo veamos.
Analiza que estás sintiendo y hazte cargo de eso, solo de eso, la actitud de los demás que supuestamente ha causado eso, no es nuestro, no nos pertenece, es su responsabilidad y ahí no debemos entrar porque nos perderiamos en el afuera.
Y es dentro, dentro nuestra donde se puede producir esa transformación, ese es nuestro milagro, no esperemos ver milagros fuera si no somos capaces de crearlos en nuestro interior por nosotros mismos.
Nos frustramos cuando pensamos que los demás deberian actuar de tal o cual modo para que nosotros nos sintieramos bien, pero eso no es así, cada cual actuará según su nivel de consciencia y esa, esa es su responsabilidad y no la nuestra, cada cual va viviendo su propio proceso al igual que nosotros y eso es sagrado.
La nuestra, nuestra responsabilidad es la de hacer perfectamente habitable y armonioso ese espacio que si es nuestro, que es nuestro interior, un espacio donde encontremos la paz que se halla ahí, y no fuera.
Miremos hacía ese espacio, sintámoslo como lo que realmente es, un generador de milagros.
Y hagámoslo perfectamente armonioso por nosotros mismos.
Nada te dará la paz tan ansiada si no te haces cargo de que el milagro lo tienes que realizar tu, con tu sentir, por lo tanto estemos atentos a lo que sintamos porque eso es nuestro y perfectamente moldeable. Moldeable hasta transformar cualquier sentimiento en aquello que nos produzca la paz tan ansiada.
Abracemos ese espacio y adelante sin miedo consquistemosnos a nostros mismos
Namasté
Con Amor, desde el Amor.
Y dar con ese espacio interno, donde los milagros si existen.
Estemos atentos a qué siento yo con todo lo que veo reflejado en el exterior porque eso, ese sentir nos da una lectura exacta de como está mi interior o lo que yo estoy haciendo de ese espacio.
Si estás en paz con lo que estás viendo y el sentimiento que emana de ti te produce paz muy bien, pero si te enervas por algo, si no encuentras paz en ello, en lo que ves y sientes, algo no anda del todo en armonía interna.
Hagámonos cargo de ese sentir, de nuestra responsabilidad ahí, nadie nos hace nada, nadie puede hacerlo si nosotros no damos nuestro consentimiento por lo tanto está ahí como una bendición para que lo veamos.
Analiza que estás sintiendo y hazte cargo de eso, solo de eso, la actitud de los demás que supuestamente ha causado eso, no es nuestro, no nos pertenece, es su responsabilidad y ahí no debemos entrar porque nos perderiamos en el afuera.
Y es dentro, dentro nuestra donde se puede producir esa transformación, ese es nuestro milagro, no esperemos ver milagros fuera si no somos capaces de crearlos en nuestro interior por nosotros mismos.
Nos frustramos cuando pensamos que los demás deberian actuar de tal o cual modo para que nosotros nos sintieramos bien, pero eso no es así, cada cual actuará según su nivel de consciencia y esa, esa es su responsabilidad y no la nuestra, cada cual va viviendo su propio proceso al igual que nosotros y eso es sagrado.
La nuestra, nuestra responsabilidad es la de hacer perfectamente habitable y armonioso ese espacio que si es nuestro, que es nuestro interior, un espacio donde encontremos la paz que se halla ahí, y no fuera.
Miremos hacía ese espacio, sintámoslo como lo que realmente es, un generador de milagros.
Y hagámoslo perfectamente armonioso por nosotros mismos.
Nada te dará la paz tan ansiada si no te haces cargo de que el milagro lo tienes que realizar tu, con tu sentir, por lo tanto estemos atentos a lo que sintamos porque eso es nuestro y perfectamente moldeable. Moldeable hasta transformar cualquier sentimiento en aquello que nos produzca la paz tan ansiada.
Abracemos ese espacio y adelante sin miedo consquistemosnos a nostros mismos
Namasté
Con Amor, desde el Amor.
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